Ideas de inversión

La gran sorpresa del año: el euro

Ya entramos de lleno en el segundo semestre y revisando el año, la gran sorpresa la ha dado la divisa euro, fortaleciéndose a niveles no vistos en 2 años y de pasó poniendo en duda la hipótesis principal del crecimiento económico y la subida del mercado accionario europeo, es decir, que la supuesta debilidad del euro (cercano a la paridad con el dólar a principios de año) favorecería a una economía principalmente exportadora. Sin embargo, esto no ha sido así sino más bien todo lo contrario a lo esperado.

El factor principal de la apreciación del euro ha sido su contraparte el dólar y cómo han interpretado los mensajes de los banqueros centrales, Yellen por la FED y Draghi por el BCE. Mientras la primera ha sido muy cauta respecto de una tercera subida de tasas en el año, el segundo no parece muy incómodo ante las sucesivas apreciaciones de su moneda, destacando que las medidas monetarias están triunfando y traduciendo en mejores tasas de crecimiento.

Si hacemos un pequeño zoom a la situación del dólar, podremos ver que la discusión del techo de la deuda y los cuestionamientos al liderazgo y promesas de Donald Trump, estarían afectando el apetito por Estados Uunidos y su moneda, lo que podría ser un buen argumento para ir hacía la segunda moneda de reserva mundial, el euro.

Por otro lado, el BCE tiene una labor muy difícil, ya que vencen los bonos que se compraron en 2015, lo que obligaría a Draghi a recomprar dichos vencimientos además de los 60.000 millones de euros al mes que tiene comprometido si quiere mantener este nivel de deuda en el balance y no reducirlo.

Al comparar ambas monedas, la primera y segunda a nivel mundial, no olvidemos el largo plazo, donde el máximo del EURUSD en 2008 fue de 1,60 mientras el mínimo 1,03, por lo que aún nos encontramos bajo el promedio en este horizonte temporal. Encontrándonos cercanos a la mitad del rango, estos niveles no  debieran incomodar tanto ni a uno ni a otro, sin embargo en Europa se esperaba un mayor beneficio empresarial derivado de la “competitividad” de su moneda en los mercados fuera de la euro zona.

Sin duda que las bolsas europeas han resentido el golpe y junto a esto han recortado todas las ganancias que llevaban este año, paralelamente haciéndose más baratas en términos relativos que las de USA y las emergentes como Chile, llegando a un PER cercano a 14 comparado al casi 20 de sus otros benchmarks.

Hasta aquí lo único probado es que un euro apreciándose debilita las expectativas de los inversionistas respecto de las empresas europeas, y eso no puede tener un efecto neutro en la economía ni en el crecimiento. Sin embargo, lo que no está tan claro es la efectividad de las medidas monetarias ni la forma cómo se dejara de depender de ella, dicho en términos muy resumidos, se necesitará demanda nueva cuando los bancos centrales no recompren los bonos. En caso de no ser capaz, el precio de los bonos caerá y podremos decir que la burbuja de deuda habrá estallado.